SOL (La pequeña bañista)
Tratar de retomar este “blog” que
tengo perdido por las estrellas, desde hace ni se sabe, tiene su aquel y su qué
se yo. No es tarea fácil, la verdad. No se sabe ni cómo comenzar, ni qué contar,
ni si tan siquiera aún seré capaz de redactar cuatro míseras líneas de forma
medianamente aceptable. En fin, es algo
que tengo prometido, aunque, a decir verdad, mas correcto sería decir que lo
tengo prometido, requeteprometido y vuelto a prometer, soy así de pesada,
aquello de hacer hoy lo que debo hacer
mañana nunca se ha llevado muy bien conmigo que mas bien el quehacer del día lo
he transpuesto para el siguiente, o para el otro, o para ni se sabe.
Debería comenzar dando las gracias
a todos aquéllos que han venido insistiendo para que dé continuidad a mis relatos.
A los que cuando interrumpí bruscamente mis narraciones me escribieron
preguntándome si era debido a problemas de salud. Cuando les respondí,
agradeciéndoles la delicadeza, asegurándoles que mi salud era tan fuerte como
un roble y que el motivo del abandono de
mi actividad literaria, a Dios gracias, nada tenía que ver, tiempo les faltó
para enviarme nuevos correos pidiéndome que continuara con mi “blog”. A los que
insistieron y volvieron a insistir. A los que aún continuaron insistiendo e
insistiendo cuando menos lo esperaba. A los que
acabaron por enviarme a freir monas. A los que, tras enviarme a freir
monas, meses después se unieron a los insistentes. A los que descubrieron mi “blog” cuando ya
hacía meses que estaba navegando por el espacio cubierto de telarañas y me
pidieron su continuidad. A los que no les ha gustado lo narrado calificándolo
claramente como un “rollo”, pero, incomprensiblemente, me insinuaban que
continuara.
En fin, a todos he procurado
contestar , si en algún caso alguien me ha pasado desapercibido sabrá
disculpar. En todos los casos he asegurado mi “firme” determinación de continuar el “blog”
de forma “inmediata”, cosa que, evidentemente, no he cumplido. No es que fuera
una “promesa de político” que no suelo decir mentiras para que no se me
alarguen las narices como a Pinocho, simplemente soy una dejada que, como ya he
dicho anteriormente, suelo dejar para mañana lo que debería hacer hoy sin
falta. Y ya de retrasarlo hasta el siguiente día, por qué no un día mas o una
semana o quizá dos o tres… Y a esto se unen mil cosas como la falta de tiempo,
el encandilarme con las mil y una ideas absurdas que en el momento me parecen
de interes, y la pereza (¡Ay la pereza!).
Dispuesta, pues, a continuar mi
actividad literaria, rescato de la estratosfera mi olvidado, olvidadísimo
“blog” y de no estar sentada me hubiera caído al suelo de la impresión.
¡Horror! Google, que de cuando en
cuando, tiene ideas “geniales” destinadas a complicar la vida al usuario ha
vuelto hacer de las suyas. De entrada han eliminado TODAS las ilustraciones que
acompañaban a mis escritos. Así sin mas. No parece sino que el dragón de
Internet se las hubiera comido. Puedo subirlas desde mi ordenador, claro está,
pero eso me supone buscarlas y saber cada cual a que entrada corresponde. Un
lío. Pero ahí no queda la cosa. La existente forma sencilla y lógica de manejar
los entresijos del “blog” también han variado. La nueva no la entiendo muy
bien, la verdad, y como me pone un poco nerviosilla tener que aprender “nuevos
inventos” he decidido ir probando poco a poco “a ver que pasa”. Intentaré
publicar como buenamente pueda, pero, por si acaso, crucemos los dedos.
1 comentario:
Siento los problemas ocasionados por blogspot con las imágenes pero me alegro bastante de que hayas retomado tu actividad bloguera. Aparte de mis opiniones, me gustaría darte un poco de publicidad porque uno de los problemas de un blog cuando lo dejas es que pierdes al "público" y luego cuesta recuperarlo.
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