Paisaje con nubes

Paisaje con nubes
SOL (Paisaje con nubes)

miércoles, 9 de enero de 2008

NUESTRO EXTRAÑO ESTUDIO DE PINTURA :




SOL (Ojos)


El “Estudio” que tengo alquilado junto a otros cuatro compañeros es una casita vieja, mas bien decrépita, su propietario está a la espera que el Ayuntamiento se decida a expropiársela o ésta acabe por desmoronarse de una vez por todas cualquier día de tormenta. Mientras sucede una u otra cosa, nos la tiene alquilada para sacarse unos “dinerillos”. De esto hace ya años pues los asuntos municipales van al paso que van y lo que se construía antes tenía un no se qué que lo mantenía en pié, casi por arte de magia. Como si un angelito invisible velase para evitar el desplome de sus muros.
Consiste en una planta baja que antaño fue el lugar donde se guardaba el carro y aperos de labranza, un primer piso con toda la disposición de una modesta vivienda de labradores y un ático con una pequeña zona abuhardillada donde es mejor no asomar las narices si no se quiere empezar a toser y no parar del polvo que hay. De una a otra planta se accede por una escalera de madera que hace “ñic”... “ñic”...”ñic”... al pisar como si avisara que allá tu con tu imprudencia por aventurarte en ella. Tiene un pasamanos de madera, eso si, pero mejor no fiarse de él ni un pelo.

Utilizamos la planta baja fundamentalmente como almacén y es en la planta primera donde desarrollamos nuestra labor artística. Consiste en un salón, fruto de la antigua unión de dos dependencias, una habitación, un cuartito pequeñito, pequeñito, una cocina y un minúsculo cuarto de baño.

En el salón es donde habitualmente pintamos ya que es la habitación mayor. Se encuentra atiborrado de caballetes y los mas variopintos útiles de pintura por aquí y por allá, pues en la cosa del orden todos somos bastante desastre. Tiene una estantería que nos viene la mar de bien, un sofá viejísimo, que no se de dónde salió, pero que hace su apaño, una mesa, no muy grande, teóricamente para dibujar pero siempre llena de cosas, tres sillas que mejor fijarse bien en su estado antes de sentarse en ellas y una mesita pequeña que nos va de maravilla como mueble auxiliar. De estar todos ni que decir tiene que parecemos como sardinas en una lata de conserva, aunque no suele suceder que coincidamos a la vez y, en último caso también tenemos el dormitorio que, aunque sea mas pequeño que el salón, igualmente lo utilizamos para nuestros quehaceres.

El dormitorio es como una extensión del salón en cuanto a lo de los caballetes, botes y tubos de pintura, pinceles, frascos, lienzos y demás cosas, se refiere. Los únicos muebles existentes son, una especie de mesa con estantería incorporada y un catre que parece una reliquia de la Guerra de Cuba pero que nos viene bastante bien para dejar la ropa.
Fue aportación personal de Vicent con la esperanza de “estrenarlo” con Lucy o conmigo (las únicas féminas del grupo), o con ambas a la vez o con cualquiera que tuviera faldas. Su aplastante criterio era de que ya que teníamos un Estudio por qué no aprovecharlo también como “picadero”. De todos es sabido que nuestro compañero parece tener un pene por cerebro.

En el cuarto pequeñito, pequeñito se acumula todo lo habido y por haber. No se puede dar un paso sin tener que ir apartando cosas. Es un poco como si no existiera pues tan solo abrimos la puerta para echar algo dentro y luego nos olvidamos de él.

El cuarto de baño tiene lavabo, ducha e inodoro. Este último es aconsejable utilizar sólo en caso de estricta emergencia, en otro caso mejor acudir a los aseos del bar de enfrente. Lo utilizamos para limpiar nuestros pinceles, cubetas, frascos y demás recipientes, por lo que todos los aparatos sanitarios tienen unos extraños churretones fruto de diversas tinturas.

Respecto a la cocina, lo único que la define como tal es una nevera vieja, que funciona mas por costumbre que otra cosa, y un infiernillo eléctrico que nos viene de maravilla para prepararnos un café o un té. Tiene una pequeña mesa y dos banquetas y la solemos utilizar como “sala de reuniones”, para descansar unos momentos, charlar y así.

Para llegar al ático hace falta tener una cierta agilidad y conocer el tema pues faltan los tres últimos peldaños de la escalera, la barandilla se bambolea peligrosamente y hay que dar un golpe fuerte a la puerta de madera para que se abra. Hay que hacer todo a la vez y sin titubear. Saltar los tres peldaños inexistentes apoyándose levemente en la barandilla y empujar con todas las fuerzas la puerta. Si se hace bien no hay mayor problema, en otro caso queda una sentada en el último peldaño y con las piernas colgando hacia el hueco de la escalera. Cuestión de práctica. Al abandonar el ético, la operación es a la inversa, cerrar la puerta virgorosamente al tiempo que se inicia se inicia el salto para salvar los tres peldaños. Como digo, cuestión de práctica, y algún que otro moratón.

Anexo al pequeño cobertizo que cubre la puerta de entrada al ático se encuentra la parte abuhardillada donde ya señalaba que mejor no meter las narices so pena de estar tosiendo un año. Hay que entrar desde el mismo ático por una puerta carcomida que parece sacada de una película de miedo y su interior es el paraíso de la suciedad donde si se investiga bien debe ocultarse alguna momia siniestra. Algunas vigas de madera están caídas, pero como de momento no parece haber goteras es de suponer que el tejado siga haciendo su función. Tras el lógico primer vistazo en plan de curiosidad, esta es una parte que ignoramos por completo. Como si no existiera.

El ático podría ser utilizado para pintar al aire libre, pero si ya subir con las manos vacías es una ardua tarea, hacerlo con todos los cachivaches para qué contar. La única utilidad ha sido para tomar el Sol, aunque como teniendo la playa prácticamente al lado resulta una tonteríatan solo lo hemos hecho episódicamente. Cuando lo hemos tomado Lucy y yo hemos sido un poco la “alegría” de los vecinos lo cual, en una ciudad costera, no tiene como mucha lógica pues íbamos de lo mas discretitas con nuestros bikinis de los que no nos quitamos ninguna parte ni nada.

La limpieza del Estudio la realizamos entre nosotros cinco, lo cual no es decir mucho pues a cada cual es mas desastroso. No es que tengamos turnos ni nada por el estilo, sino que se deja a la “buena voluntad” de cada cual, y de eso si que tenemos y un montón. Casi tanta como pereza a la hora de poner manos a la obra. A veces alguien comenta con voz aburrida, “Habría que ordenar y limpiar un poco esto...”, y al cabo de un rato otro contesta en tono cansino “ Pues si ....”. Y ahí queda la cosa, claro está. Como ya decía buena voluntad es lo que nos sobra. Llegado un momento no queda otra solución que buscar la fregona y la escoba y armarse de valor. Suele haber quien protesta argumentando la inutilidad de nuestros esfuerzos cuando al día siguiente, o a los dos días, o a la semana, va a estar todo igual que en un principio, pero no nos dejamos convencer. Lo que es necesario, es necesario. Además las limpiezas tienen su parte agradable como es el encontrarse cosas ocultas en el “maremagum” reinante de las que ni nos acordábamos o creíamos perdidas desde hace tiempo.

En fin, éste es nuestro Estudio que nos cuesta a cada cual sesenta euros al mes mas la parte la parte proporcional de gastos. Ya se que no es gran cosa, que el día menos pensado nos encontraremos con un montón de escombros engullendo nuestras pertenencias, que muchos cuando lo visitan ponen cara de asco y hay quien lo califica de verdadero “antro”. Pues vale. Todo eso lo se y mas. Pero ¿Qué queréis? Le tenemos verdadero apego y todos nosotros nos sentimos orgullosos de él.

1 comentario:

Alex [Solharis] dijo...

Y yo me pregunto: ¿sabías que tus ojos brillan como dos pavesas, encendidas en ese rostro envuelto en tonos rojizos y anaranjados, sabías que tu mirada es tan abrasadora como el mismo fuego...?
Ya sé que lo sabías pero es que me ha impresionado el retrato.

Por lo demás, me ha gustado saber algo más de tu vida cotidiana.