Leer las noticias de la prensa, en estos días, es como interesarse por la situación de un globo pinchado que tiende mas a caer al suelo que a flotar hacia las nubes. El globo, por supuesto, es la situación financiera. La gente empieza a ponerse nerviosilla y hasta a mi que mas que “economía” lo que tengo es “des-economía” han acabado por contagiarme su intranquilidad. Como sucede en estos casos, nacen rumores alarmistas que al poco tiempo desaparecen para dar lugar a otros cada vez mas absurdos pues nadie entiende ni “papa” de algo que nos ha caído como llovido del cielo. Tan solo hay una cosa que se tiene claro a nivel popular y es que con cada bajada de la Bolsa disminuye la riqueza, aumenta el desempleo y se disparan los precios (¿Aún mas? Pues por lo visto si, aún mas). Me pregunto yo si en toda esa legión de políticos que mantenemos los de “a pié” (y ya no me refiero solo a España sino a nivel mundial) no hay ninguna “lumbrera” que de la solución para poner, de una vez por todas, un parche a ese globo medio desinflado. A la vista está que no que “recetas” si que ha habido muchas pero sus resultados dejan mucho que desear. Habrá que recurrir a poner una vela a San Antonio que es muy milagroso. Quizá mejor que sean dos o tres o varias docenas que no sea por falta de velas. Como a veces soy muy mal pensada, me pregunto también si las “recetas” que hasta ahora han aportado todos esos políticos “genios” de la economía han estado dirigidas a tapar ese desgarrón del globo que cada vez flota menos o simplemente a tratar de crear otro nuevo globo que sostenga al primero, destinado así mismo a explotar en futuro no lejano, pues cabe la posibilidad de que no hayan querido ver qué es lo que hay que reparar.
Parece ser que el origen de este “caos” es lo que denominan la “explosión de la burbuja inmobiliaria”. Eso de la “burbuja” me recuerda a las pompas de jabón que hago cuando me baño. Resulta divertido. Se hinchan, se hinchan, flotan majestuosamente en el aire y de pronto ¡Plaf! estallan ante nuestras narices. Que el fin de las pompas de jabón es esa alegre explosión lo sabe hasta el “tonto del pueblo”. Que la “burbuja inmobiliaria” estaba destinada a una “explosión” no tan alegre como el de las pompas de jabón, estaba mas que “cantado” que desde tiempo atrás todas las revistas de economía venían anunciándolo. Sin embargo, y, al menos, en lo que respecta a España, mucho me temo que no se ha hecho nada por evitarlo, simplemente se ha mirado hacia otro lado mientras, el que mas y el que menos, se ha afanado en participar en esa “burbuja” cargada de oro. Se ha aducido esta pasividad a fines éticos de no interferencia en el mercado, pero sin embargo no se han tenido tantos escrúpulos en las actuaciones absurdas, e incluso anticonstitucionales, realizadas por motivos netamente oportunistas y partidistas. No se por qué cada vez que oigo hablar a un político siento que me están tomando el pelo. No se por qué cada vez que les oigo decir que no hay motivo de preocupación es cuando empiezo a preocuparme de verdad.
Un amigo mío, economista, me ha hecho la confidencia de que esta crisis puede favorecer a “gente” como “nosotros”. Se estaba refiriendo a pintores y escultores. Pues fíjate qué bien. Perjudicar hasta el momento no noto que me perjudique pues siempre he estado en “crisis”. Su argumentación era de lo mas simple, al valer el dinero cada vez menos y estar la Bolsa de “capa caída”, el capital tratará de invertir en otros bienes que no se devalúen, tales como el oro y el arte. Hasta aquí el razonamiento resulta “bonito” pero la parte “fea” del asunto no tarda en llegar. No dudo que alguien adinerado invierta en la adquisición de cuadros de Picasso, Van Gogh o cualquier otro artista mundialmente reconocido y cotizado, pero si tengo mis serias dudas que se incline por gastarse un fortunón, o aunque tan solo sea medio, en la adquisición de obras de una artista principianta desconocida que por no tener no tiene ni estilo propio ni siquiera se acaba de decidir sobre el nombre artístico a emplear.
Agradezco mucho sus palabras pero a mi no me sirven que mi posible “clientela” se encuentra mas entre los que tienen que hacer filigranas con el pago de la hipoteca que entre aquellos a los que se les cae el dinero de los bolsillos de tan llenos como los tienen.
Insiste mi amigo recomendándome “potenciar” mi nombre, “hacerme notar”, que se hable de mi, que todo es cuestión de “marketing” y, por supuesto, aumentar el precio de mis cuadros para que el comprador quede convencido de haber adquirido algo “rentable”. Pues vale, en lo de aumentar el precio de mis obras ningún inconveniente que tanto me da dejarlas sin vender con varios ceros de mas. En cuanto a lo de “potenciar” mi nombre (si es que logro decidirme sobre qué firma adoptar) se puede decir que mi amigo ha descubierto “Las Américas”. Pues si solo me dice eso bien vamos. Podría “hacerme notar” si, por ejemplo, saliera desnuda a la calle con un gran sombrero rojo en la cabeza pero me temo que todo lo que conseguiría es hacer el ridículo y coger un buen catarro, aunque, desde luego, si se hablaría de mi.
Como ya he dicho anteriormente, poco me afecta momentáneamente la, tan cacareada crisis, ni para bien ni para mal. Todo sigue igual en mi entorno. Dicen que lo peor está aún por llegar. No lo se. Si así fuese trataría de acoplarme lo mejor posible que quien poco o nada tiene poco ha de temer. De momento lo que me preocupa es el día a día y disfrutar a tope de lo cotidiano.
Miro a mi alrededor y en un rincón sobre una silla mi maleta abierta parece sonreírme divertida, asomando, a guisa de lengua, la esquinita de un sujetador. Eso si que es importante. Mañana saldré en el tren hacía Barcelona donde en la estación de Sans me esperará mi amigo Jordi. Pasado mañana volaremos hacia Berlín y eso si que me hace temblar de emoción. Ha sido una agradabilísima invitación de mi incondicional y eterno pretendiente catalán a la que no he hecho ninguna intención de resistirme. Me hace muchísima ilusión este viaje. La verdad es que pensaba dedicar esta entrada a hablar sobre ello y al final me he encontrado haciéndolo sobre la dichosa crisis que en este momento, y en lo que a mi concierne, la tengo olvidada. A partir de pasado mañana si alguien quiere encontrarme tendrá que buscarme en alguno de los museos de la capital alemana de los que, ya lo prevengo, no será fácil arrancarme. Espero poder contar a mi regreso verdaderas maravillas, o, al menos, escribir algo mas interesante que lo presente. De momento debo hacer acopio de toda mi fuerza de voluntad para hacer una de las tareas mas desagradables que existen, tal es el terminar de hacer mi equipaje.
2 comentarios:
Pásalo muy bien y disfruta de los momentos que la vida te regale...
Besos
Solo agradecer tu revisión de mi blog y tu comment.
En cuanto a la economía; si, es preocupante... su origen tiene nombres: miedo, codicia, manipulación y ceguera .
Publicar un comentario