Paisaje con nubes

Paisaje con nubes
SOL (Paisaje con nubes)

viernes, 26 de diciembre de 2008

MI CAOTICO CORREO

Al abrir el correo lo he encontrado tan a rebosar que sin mas lo he vuelto a cerrar y me he ido a tomar un café para tomar fuerzas. Por unas u otras cosas hacía un siglo o dos que no le echaba un vistazo y ahora me encuentro verdaderas montañas de correspondencia. Que soy un verdadero desastre, ya lo se. Que soy el colmo de la dejadez, pues también. Si algo puedo decir en mi favor es que, en esta ocasión, al menos, la culpa no ha sido solo mía.

En primer lugar, hemos tenido a los pintores en casa. Quienes hayan pasado por una experiencia semejante me comprenderán. Mi padre decidió que ya estaba bien, que ya era mas que hora de dar un repaso a la pintura de las paredes que estaban ya hechas un asquito y, sin mas, contrató los servicios de unos profesionales que nos han dejado la casa que es un primor y a un precio mas que razonable. El inconveniente era que solo podían dedicarse a estas “chapucillas” los fines de semana y días de fiesta ya que los días hábiles lo hacían en la empresa en la que estaban contratados. De ahí el “precio razonable” que ofertaron. Eso se tradujo en un largo, larguiiiiisimo tiempo en que la vivienda quedó transformada en una especie de almacén caótico, casa de locos o pesadilla paranoica. Todo menos un hogar medianamente habitable. Un verdadero reto para el Santo Job.

Desaparecer los pintores y empezar a descubrir los “daños colaterales” fue todo uno. Desde el grifo que por mas que se esfuerce en cerrarlo deja salir esa irritante gotita de agua que va haciendo “toc...toc...toc...”, a las baldas de la estantería colgada de la pared, antaño rectas como una bala y ahora desesperadamente medio caídas hacia un lado, pasando por gran parte de los artilugios eléctricos que poseemos. Las luces del salón que, de siempre, podían accionarse desde dos interruptores distintos, ahora solo pueden encenderse y apagarse desde uno. La lámpara de noche de mi cuarto que va cogida en la pared sobre la cabecera de la cama, ahora está caída como si quisiera recostarse sobre la almohada y su luz es intermitente como la de un semáforo. El timbre de la puerta no funciona. Tampoco funciona el equipo de música. En cuanto a mi ordenador quedó como “tartamudo” que tan pronto funcionaba como dejaba de hacerlo cuando menos lo esperabas. Si, no, si, no,si,no... Como si te estuviera tomando el pelo . Finalmente quedó como muerto.

No quedó otra opción que llevarlo a la tienda y eso se dice mas pronto de lo que se hace pues el cacharro pesa como un muerto, nunca encuentras ocasión y cuando dispones de un ratito te da tal pereza la “romería” que se te avecina que lo pospones con cualquier disculpa. Posteriormente hay que ir a recogerlo y de nuevo cargada como una mula con la torre que se te resbala a cado paso que das. Bueno, de momento parece que el problema esté solucionado aunque siempre te queda la duda esa de, si en toda la comprobación de lo que está bien o está mal no hayan metido demasiado las narices en lo que tengo guardado pues hay cosas altamente indiscretas que no son como para que nadie las curiosee. Habrá que cruzar los dedos y confiar.

Ordenador, al fin, en casa tras haberle hecho la respiración artificial y un par de sesiones de electroshock. Según afirmaron los de la tienda de informática, ha quedado “como nuevo”. Optimistas que son, habidas cuentas los años que tiene encima, el pobre. Vale, hay ordenador pero no acceso a Internet a causa de una avería en la fibra óptica que se “solucionará enseguida”. De esto logro enterarme tras seis interminables llamadas telefónicas en las que me fueron pasando, como de oca en oca, por diversas grabaciones en las que con una parsimonia rayando en el delirio me fueron fue informando, bien de las excelencias de los productos de la compañía, bien de que debería pulsar el botón “1”, “2”, “3” o “4”, según cual fuera el motivo de mi llamada, o, bien, simplemente, me obsequiaban con una musiquilla machacona interrumpida de cuando en cuando por una vocecilla que me aconsejaba permanecer a la espera por estar todas las líneas ocupadas. También me pedían disculpas por las molestias. Atentos que son. En mi sexto intento logré llegar al final. Todo un éxito. Una nueva grabación puso en mi conocimiento que había una avería en la red pero que se solucionaría enseguida pues estaban trabajando en ello. Cerca de dos horas sin haber logrado contactar con un ser humano. Como las llamadas hay que hacerlas a un “902” intuyo que el coste de las llamadas va a ser similar al que hubiera supuesto hacerme con la cuarta parte de las acciones de la compañía y hasta puede que me sobrara un “pico” para comprarme un globo de colores. Dos días mas tarde “llegó” Internet a mi ordenador. Dicen que poco dura la alegría en casa del pobre pues al siguiente día “desapareció” de nuevo. Se conoce que “avería en la red” debió de tener una recaída. No lo se. En todo caso no quise intentar una nueva aventura llamadas telefónicas por miedo de llevar la economía familiar a la mas espantosa ruina.

El buzón de entrada, como ya he dicho, a rebosar y un poco mas. Sobrepuesta del susto se impuso realizar “plan de acción”. Lo mejor sería empezar por los mas recientes en la lógica creencia que las antiguas, o bien trataban de temas ya obsoletos o, en otro caso, el interesado hubiera insistido en vista de to recibir respuesta. Pues vale, empecemos de delante a atrás. Abundan las felicitaciones de Navidad.¡Ah!¿Pero estamos ya en Navidad? No es que no lo supiera, simplemente no lo había asimilado. Pues si, ya estamos en Navidad y para que no ofrezca duda muchas vienen con postales adjuntas cuajadas de Papas Noeles, árboles navideños, angelitos y corazoncitos. Algunas tienen musiquilla, otras movimiento, también las hay que tienen ambas cosas. Serán las primeras en contestar pues no es cosa de corresponder a sus deseos cuando la Navidad sea ya un recuerdo.

Un buen número hacen referencia a escritos anteriores que aún no he llegado a leer y habré de esperar a que les toque el turno para enterarme. Están las “sentimentales” que se repiten insistentemente y cuyo contenido, básicamente, advino antes de abrirlas. Va en cabeza . Manel, una por día y muchas de ellas con poesías que le agradezco. Ya se que como poeta deja mucho que desear pero lo que cuenta es su ilusión al escribirlas. Cartas de Jordi, cartas de Jordi, cartas de Jordi. Cartas de Lluis que son como una réplica a las de Jordi, pero en su estilo. ¡Sorpresa! Carta de Mamen. Ya iba siendo hora que diera señales de vida aunque yo no soy la mas indicada para reprochar su silencio. Va a venir estas fiestas, como era de esperar, y eso si que es un verdadero motivo de alegría. Cartas de amigos, las recientes con felicitaciones de Navidad, las anteriores con proposiciones varias. Cartas de amigas a las que hace tiempo que no veo y que aprovechan estos días para contar sus novedades. Otras, proponiéndome alguna fiesta. Ya se sabe, en estos días esto es obligatorio. Cartas de no tan amigos. Están los que asimilan lo de “pintora de desnudos femeninos” a “plan” y piensan que qué mejor que las Navidades para tener una “noche buena”. Otras, simplemente, insultándome. Son las procedentes de un “Grupo” sobre Política, muy “demócratas” ellos, a los que les irrita que alguien les lleve la contraria.

Cartas de desconocidos. La mayor parte de propaganda aunque hay alguna en idioma extraño para mi sobre las que no puedo opinar. Un fotógrafo desde México me ofrece sus servicios para fotografiarme desnuda. Increíble. Asegura “seriedad” y “profesionalidad” . Por si existiera alguna duda indica su página “web” que curiosamente abro y cierro al instante. Pura pornografía. De USA me llega propaganda para alargar penes que se ha saltado el filtro “anti spam”. Pues vale, lo tendré en cuenta si alguna vez decido cambiarme de sexo. No es la primera vez que me llega algo así y siempre me ha hecho gracia la oferta que imagino consistente en un ladrillo con una cuerda atada. Propaganda religiosa, seudo religiosa o, si se quiere filosófica. Está el que me recomienda leer su “blog” catastrofista en el que queda demostrado “sin lugar a dudas” como este mundo que es un asquito va hacia la hecatombe. ¡Menuda novedad!¿Verdad? También el que en el suyo versa sobre marcianos y demás alienígenas. No puede faltar el dedicado a poesía. Dos o tres quieren remitirme a páginas que sospechosamente comienzan por “porn” y no abro. ¿De dónde sacarán mi dirección? ¡Nueva sorpresa! Una desconocida argentina inquiere la razón por la que, desde hace tiempo, no he vuelto a publicar ninguna entrada en mi “blog”. Añade cuánto ha “disfrutado” leyéndome y cómo espera seguir “deleitándose con mis relatos. Casi me hace caer de la silla de la emoción. Recobrada la tranquilidad, ni que decir tiene que me faltó tiempo para contestarla agradeciéndola de todo corazón su gentileza. De pronto mi “ego” ascendió hasta las nubes.

Propaganda islámica que no leo pues ya se su contenido de otras veces. Insisten en que el Islam es Amor y cuan libres y protegidas están las mujeres. Pues si, hijos si, mucho “amor” y las mujeres muy “protegidas” y “libres”, pero no decís ni una palabra en contra de las lapidaciones ni del terrorismo de AlQaida. Propaganda, naturalmente, de diversos movimientos cristianos. Ya se sabe, en Navidad hay que hacer apostolado. Sigo preguntándome de dónde sacarán mi dirección. No me hablen de religiones, por favor, que soy agnóstica y en la única en la que creo es en la que cada cual tiene dentro de si mismo.

En fin, cartas simpáticas, alegres, divertidas, sentimentales, alguna que otra algo “subida de tono” e incluso groseras. Hay de todo. También las que son curiosas o unos rollazos de impresión. Procuraré contestar a todas, excepto a las propagandísticas o soeces. A los que me han enviado varios mensajes ya lo he hecho, aunque muy brevemente, comprometiéndome a hacerlo mas dilatadamente en cuanto me sea posible, al resto les iré contestando poco a poco. Estoy agotada y aún me queda bastante para finalizar.

(Soy un verdadero desastre. Escribí las precedentes líneas hace una semana, dejándolas guardadas en el ordenador para corregirlas, ampliarlas y publicarlas y acá me las acabo de encontrar muertas de risa sin haber hecho nada de nada. ¡En fin! ¡Qué lo vamos a hacer! Allá van tal y como están. No es gran cosa esta nueva entrada, pero allá va. ¿Qué mas decir? Pues que si alguien, por un extraño, extrañísimo, mas bien milagroso casual, ha llegado leyendo hasta aquí, reciba, a la par que mi mas profunda admiración por tal locura, mi deseo de paz y felicidad, y no solo para estos breves días festivos, como es habitual, sino para siempre. De todo corazón).